- Libertad negativa: la defendida tradicionalmente por el liberalismo clásico, consistente en estar libre de agresiones violentas o amenazas de la misma.
- Libertad positiva: la defendida tradicionalmente por el socio-liberalismo y el progresismo, consistente en disponer de la capacidad de realizarse como ser humano, logrando las metas que uno se propone.
La libertad negativa
Analicemos la libertad negativa. Si tomamos la definición, se puede decir que es imposible ser libre de una manera negativa. Por ejemplo, los impuestos son un instrumento que, sean para los fines que sean, coartan la libertad negativa, porque como bien sabemos todos, los impuestos hay que pagarlos sí o sí. Si no, te puede caer encima todo el peso de la ley.
También es coartada por los Estados. En España, si uno no tiene dinero para pagar un centro educativo privado para sus hijos/as, solo puede elegir entre dos: los de enseñanza pública y enseñanza concertada
La interpretación convencional aceptada de la libertad negativa pertenece a Isaiah Berlin, quizás el más importante pensador liberal del siglo XX
Según Hayek, la libertad negativa hace posible la libertad positiva.
¿Son compatibles estos dos conceptos?
Por definición, parece que ambas definiciones de libertad son incompatibles, que una siempre va a estar frente a la otra. Sin embargo, eso no tiene por qué ser así. Como hemos dicho antes, Hayek dice que la libertad se positiviza gracias a la libertad negativa. Es decir, que cada uno de nosotros siempre va a necesitar un área privada para formarse como uno mismo guste y elegir sus propias creencias. Esto hace posible que el individuo llegue a tener cierta moral y forma de ver la vida. Si solo existiera la libertad positiva, la forma de ver la vida de cada individuo vendría impuesta y perdería todo su sentido. Pero es obvio que la libertad negativo es un concepto pobre por sí mismo. Una persona que no tiene asegurada todas las condiciones materiales mínimas, jamás será libre.
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